El 14 de agosto de 1941, extenuado por la sed y el hambre, culmina Maximiliano la ofrenda de su vida a Dios y a sus hermanos, un hijo de San Francisco que escribe con su sangre la oración de su maestro: "donde haya odio ponga amor, donde haya discordia perdón, donde haya guerra ponga yo tu paz".
En la noche termina el recuerdo,
cuando el odio el silencio rompió.
Las miradas sin rostro se cruzan,
alguien escapó, ¿para qué sufrir?
La violencia en las voces va hiriendo,
a patadas forma el pelotón,
diez por uno será la manera
de no hacerlo más. Señor, ¿por qué?
SI EL ORGULLO
HA IMPLANTADO SU INFIERNO
Y SI EL HOMBRE ES PEOR QUE UN ANIMAL,
AQUÍ ESTOY PARA SUFRIR
Y QUE CONOZCA ESTA MISERIA
TODA LA LUZ DE TI, MI DIOS.
Gritos, perros, temblor y fusiles,
tras el diez un gemido se ahogó:
¿Qué será de esos hijos que quedan
sin saber quién soy? Señor, ¿por qué?
Paso al frente, mirada serena,
en silencio se admira el amor.
Dos sencillas palabras bastaron,
nada más quedó para darle a Dios.
A AQUELLOS QUE MATAN EL CUERPO,
NO TEMÁIS, YO ME CAMBIO,
YO QUIERO MORIR POR ÉL.
ESTÁ LOCO PARA LOS DEMÁS
Y LA DESGRACIA SE TRANSFORMA
EN LA VICTORIA DEL AMOR.
Y EN LA VIDA SIEMPRE HAY DOS CAMINOS,
Y NO EXISTE LA VICTORIA SIN DOLOR.
AUNQUE ES CIERTO QUE ES VENCEDOR
AQUEL QUE ENTREGA SU VIDA,
AQUEL QUE MUERE POR AMOR. (2)El 14 de agosto de 1941, extenuado por la sed y el hambre, culmina Maximiliano la ofrenda de su vida a Dios y a sus hermanos, un hijo de San Francisco que escribe con su sangre la oración de su maestro: "donde haya odio ponga amor, donde haya discordia perdón, donde haya guerra ponga yo tu paz".
En la noche termina el recuerdo,
cuando el odio el silencio rompió.
Las miradas sin rostro se cruzan,
alguien escapó, ¿para qué sufrir?
La violencia en las voces va hiriendo,
a patadas forma el pelotón,
diez por uno será la manera
de no hacerlo más. Señor, ¿por qué?
SI EL ORGULLO
HA IMPLANTADO SU INFIERNO
Y SI EL HOMBRE ES PEOR QUE UN ANIMAL,
AQUÍ ESTOY PARA SUFRIR
Y QUE CONOZCA ESTA MISERIA
TODA LA LUZ DE TI, MI DIOS.
Gritos, perros, temblor y fusiles,
tras el diez un gemido se ahogó:
¿Qué será de esos hijos que quedan
sin saber quién soy? Señor, ¿por qué?
Paso al frente, mirada serena,
en silencio se admira el amor.
Dos sencillas palabras bastaron,
nada más quedó para darle a Dios.
A AQUELLOS QUE MATAN EL CUERPO,
NO TEMÁIS, YO ME CAMBIO,
YO QUIERO MORIR POR ÉL.
ESTÁ LOCO PARA LOS DEMÁS
Y LA DESGRACIA SE TRANSFORMA
EN LA VICTORIA DEL AMOR.
Y EN LA VIDA SIEMPRE HAY DOS CAMINOS,
Y NO EXISTE LA VICTORIA SIN DOLOR.
AUNQUE ES CIERTO QUE ES VENCEDOR
AQUEL QUE ENTREGA SU VIDA,
AQUEL QUE MUERE POR AMOR. (2)El 14 de agosto de 1941, extenuado por la sed y el hambre, culmina Maximiliano la ofrenda de su vida a Dios y a sus hermanos, un hijo de San Francisco que escribe con su sangre la oración de su maestro: "donde haya odio ponga amor, donde haya discordia perdón, donde haya guerra ponga yo tu paz".
En la noche termina el recuerdo,
cuando el odio el silencio rompió.
Las miradas sin rostro se cruzan,
alguien escapó, ¿para qué sufrir?
La violencia en las voces va hiriendo,
a patadas forma el pelotón,
diez por uno será la manera
de no hacerlo más. Señor, ¿por qué?
SI EL ORGULLO
HA IMPLANTADO SU INFIERNO
Y SI EL HOMBRE ES PEOR QUE UN ANIMAL,
AQUÍ ESTOY PARA SUFRIR
Y QUE CONOZCA ESTA MISERIA
TODA LA LUZ DE TI, MI DIOS.
Gritos, perros, temblor y fusiles,
tras el diez un gemido se ahogó:
¿Qué será de esos hijos que quedan
sin saber quién soy? Señor, ¿por qué?
Paso al frente, mirada serena,
en silencio se admira el amor.
Dos sencillas palabras bastaron,
nada más quedó para darle a Dios.
A AQUELLOS QUE MATAN EL CUERPO,
NO TEMÁIS, YO ME CAMBIO,
YO QUIERO MORIR POR ÉL.
ESTÁ LOCO PARA LOS DEMÁS
Y LA DESGRACIA SE TRANSFORMA
EN LA VICTORIA DEL AMOR.
Y EN LA VIDA SIEMPRE HAY DOS CAMINOS,
Y NO EXISTE LA VICTORIA SIN DOLOR.
AUNQUE ES CIERTO QUE ES VENCEDOR
AQUEL QUE ENTREGA SU VIDA,
AQUEL QUE MUERE POR AMOR. (2)El 14 de agosto de 1941, extenuado por la sed y el hambre, culmina Maximiliano la ofrenda de su vida a Dios y a sus hermanos, un hijo de San Francisco que escribe con su sangre la oración de su maestro: "donde haya odio ponga amor, donde haya discordia perdón, donde haya guerra ponga yo tu paz".
En la noche termina el recuerdo,
cuando el odio el silencio rompió.
Las miradas sin rostro se cruzan,
alguien escapó, ¿para qué sufrir?
La violencia en las voces va hiriendo,
a patadas forma el pelotón,
diez por uno será la manera
de no hacerlo más. Señor, ¿por qué?
SI EL ORGULLO
HA IMPLANTADO SU INFIERNO
Y SI EL HOMBRE ES PEOR QUE UN ANIMAL,
AQUÍ ESTOY PARA SUFRIR
Y QUE CONOZCA ESTA MISERIA
TODA LA LUZ DE TI, MI DIOS.
Gritos, perros, temblor y fusiles,
tras el diez un gemido se ahogó:
¿Qué será de esos hijos que quedan
sin saber quién soy? Señor, ¿por qué?
Paso al frente, mirada serena,
en silencio se admira el amor.
Dos sencillas palabras bastaron,
nada más quedó para darle a Dios.
A AQUELLOS QUE MATAN EL CUERPO,
NO TEMÁIS, YO ME CAMBIO,
YO QUIERO MORIR POR ÉL.
ESTÁ LOCO PARA LOS DEMÁS
Y LA DESGRACIA SE TRANSFORMA
EN LA VICTORIA DEL AMOR.
Y EN LA VIDA SIEMPRE HAY DOS CAMINOS,
Y NO EXISTE LA VICTORIA SIN DOLOR.
AUNQUE ES CIERTO QUE ES VENCEDOR
AQUEL QUE ENTREGA SU VIDA,
AQUEL QUE MUERE POR AMOR. (2)El 14 de agosto de 1941, extenuado por la sed y el hambre, culmina Maximiliano la ofrenda de su vida a Dios y a sus hermanos, un hijo de San Francisco que escribe con su sangre la oración de su maestro: "donde haya odio ponga amor, donde haya discordia perdón, donde haya guerra ponga yo tu paz".
En la noche termina el recuerdo,
cuando el odio el silencio rompió.
Las miradas sin rostro se cruzan,
alguien escapó, ¿para qué sufrir?
La violencia en las voces va hiriendo,
a patadas forma el pelotón,
diez por uno será la manera
de no hacerlo más. Señor, ¿por qué?
SI EL ORGULLO
HA IMPLANTADO SU INFIERNO
Y SI EL HOMBRE ES PEOR QUE UN ANIMAL,
AQUÍ ESTOY PARA SUFRIR
Y QUE CONOZCA ESTA MISERIA
TODA LA LUZ DE TI, MI DIOS.
Gritos, perros, temblor y fusiles,
tras el diez un gemido se ahogó:
¿Qué será de esos hijos que quedan
sin saber quién soy? Señor, ¿por qué?
Paso al frente, mirada serena,
en silencio se admira el amor.
Dos sencillas palabras bastaron,
nada más quedó para darle a Dios.
A AQUELLOS QUE MATAN EL CUERPO,
NO TEMÁIS, YO ME CAMBIO,
YO QUIERO MORIR POR ÉL.
ESTÁ LOCO PARA LOS DEMÁS
Y LA DESGRACIA SE TRANSFORMA
EN LA VICTORIA DEL AMOR.
Y EN LA VIDA SIEMPRE HAY DOS CAMINOS,
Y NO EXISTE LA VICTORIA SIN DOLOR.
AUNQUE ES CIERTO QUE ES VENCEDOR
AQUEL QUE ENTREGA SU VIDA,
AQUEL QUE MUERE POR AMOR. (2)El 14 de agosto de 1941, extenuado por la sed y el hambre, culmina Maximiliano la ofrenda de su vida a Dios y a sus hermanos, un hijo de San Francisco que escribe con su sangre la oración de su maestro: "donde haya odio ponga amor, donde haya discordia perdón, donde haya guerra ponga yo tu paz".
En la noche termina el recuerdo,
cuando el odio el silencio rompió.
Las miradas sin rostro se cruzan,
alguien escapó, ¿para qué sufrir?
La violencia en las voces va hiriendo,
a patadas forma el pelotón,
diez por uno será la manera
de no hacerlo más. Señor, ¿por qué?
SI EL ORGULLO
HA IMPLANTADO SU INFIERNO
Y SI EL HOMBRE ES PEOR QUE UN ANIMAL,
AQUÍ ESTOY PARA SUFRIR
Y QUE CONOZCA ESTA MISERIA
TODA LA LUZ DE TI, MI DIOS.
Gritos, perros, temblor y fusiles,
tras el diez un gemido se ahogó:
¿Qué será de esos hijos que quedan
sin saber quién soy? Señor, ¿por qué?
Paso al frente, mirada serena,
en silencio se admira el amor.
Dos sencillas palabras bastaron,
nada más quedó para darle a Dios.
A AQUELLOS QUE MATAN EL CUERPO,
NO TEMÁIS, YO ME CAMBIO,
YO QUIERO MORIR POR ÉL.
ESTÁ LOCO PARA LOS DEMÁS
Y LA DESGRACIA SE TRANSFORMA
EN LA VICTORIA DEL AMOR.
Y EN LA VIDA SIEMPRE HAY DOS CAMINOS,
Y NO EXISTE LA VICTORIA SIN DOLOR.
AUNQUE ES CIERTO QUE ES VENCEDOR
AQUEL QUE ENTREGA SU VIDA,
AQUEL QUE MUERE POR AMOR. (2)El 14 de agosto de 1941, extenuado por la sed y el hambre, culmina Maximiliano la ofrenda de su vida a Dios y a sus hermanos, un hijo de San Francisco que escribe con su sangre la oración de su maestro: "donde haya odio ponga amor, donde haya discordia perdón, donde haya guerra ponga yo tu paz".
En la noche termina el recuerdo,
cuando el odio el silencio rompió.
Las miradas sin rostro se cruzan,
alguien escapó, ¿para qué sufrir?
La violencia en las voces va hiriendo,
a patadas forma el pelotón,
diez por uno será la manera
de no hacerlo más. Señor, ¿por qué?
SI EL ORGULLO
HA IMPLANTADO SU INFIERNO
Y SI EL HOMBRE ES PEOR QUE UN ANIMAL,
AQUÍ ESTOY PARA SUFRIR
Y QUE CONOZCA ESTA MISERIA
TODA LA LUZ DE TI, MI DIOS.
Gritos, perros, temblor y fusiles,
tras el diez un gemido se ahogó:
¿Qué será de esos hijos que quedan
sin saber quién soy? Señor, ¿por qué?
Paso al frente, mirada serena,
en silencio se admira el amor.
Dos sencillas palabras bastaron,
nada más quedó para darle a Dios.
A AQUELLOS QUE MATAN EL CUERPO,
NO TEMÁIS, YO ME CAMBIO,
YO QUIERO MORIR POR ÉL.
ESTÁ LOCO PARA LOS DEMÁS
Y LA DESGRACIA SE TRANSFORMA
EN LA VICTORIA DEL AMOR.
Y EN LA VIDA SIEMPRE HAY DOS CAMINOS,
Y NO EXISTE LA VICTORIA SIN DOLOR.
AUNQUE ES CIERTO QUE ES VENCEDOR
AQUEL QUE ENTREGA SU VIDA,
AQUEL QUE MUERE POR AMOR. (2)El 14 de agosto de 1941, extenuado por la sed y el hambre, culmina Maximiliano la ofrenda de su vida a Dios y a sus hermanos, un hijo de San Francisco que escribe con su sangre la oración de su maestro: "donde haya odio ponga amor, donde haya discordia perdón, donde haya guerra ponga yo tu paz".
En la noche termina el recuerdo,
cuando el odio el silencio rompió.
Las miradas sin rostro se cruzan,
alguien escapó, ¿para qué sufrir?
La violencia en las voces va hiriendo,
a patadas forma el pelotón,
diez por uno será la manera
de no hacerlo más. Señor, ¿por qué?
SI EL ORGULLO
HA IMPLANTADO SU INFIERNO
Y SI EL HOMBRE ES PEOR QUE UN ANIMAL,
AQUÍ ESTOY PARA SUFRIR
Y QUE CONOZCA ESTA MISERIA
TODA LA LUZ DE TI, MI DIOS.
Gritos, perros, temblor y fusiles,
tras el diez un gemido se ahogó:
¿Qué será de esos hijos que quedan
sin saber quién soy? Señor, ¿por qué?
Paso al frente, mirada serena,
en silencio se admira el amor.
Dos sencillas palabras bastaron,
nada más quedó para darle a Dios.
A AQUELLOS QUE MATAN EL CUERPO,
NO TEMÁIS, YO ME CAMBIO,
YO QUIERO MORIR POR ÉL.
ESTÁ LOCO PARA LOS DEMÁS
Y LA DESGRACIA SE TRANSFORMA
EN LA VICTORIA DEL AMOR.
Y EN LA VIDA SIEMPRE HAY DOS CAMINOS,
Y NO EXISTE LA VICTORIA SIN DOLOR.
AUNQUE ES CIERTO QUE ES VENCEDOR
AQUEL QUE ENTREGA SU VIDA,
AQUEL QUE MUERE POR AMOR. (2)El 14 de agosto de 1941, extenuado por la sed y el hambre, culmina Maximiliano la ofrenda de su vida a Dios y a sus hermanos, un hijo de San Francisco que escribe con su sangre la oración de su maestro: "donde haya odio ponga amor, donde haya discordia perdón, donde haya guerra ponga yo tu paz".
En la noche termina el recuerdo,
cuando el odio el silencio rompió.
Las miradas sin rostro se cruzan,
alguien escapó, ¿para qué sufrir?
La violencia en las voces va hiriendo,
a patadas forma el pelotón,
diez por uno será la manera
de no hacerlo más. Señor, ¿por qué?
SI EL ORGULLO
HA IMPLANTADO SU INFIERNO
Y SI EL HOMBRE ES PEOR QUE UN ANIMAL,
AQUÍ ESTOY PARA SUFRIR
Y QUE CONOZCA ESTA MISERIA
TODA LA LUZ DE TI, MI DIOS.
Gritos, perros, temblor y fusiles,
tras el diez un gemido se ahogó:
¿Qué será de esos hijos que quedan
sin saber quién soy? Señor, ¿por qué?
Paso al frente, mirada serena,
en silencio se admira el amor.
Dos sencillas palabras bastaron,
nada más quedó para darle a Dios.
A AQUELLOS QUE MATAN EL CUERPO,
NO TEMÁIS, YO ME CAMBIO,
YO QUIERO MORIR POR ÉL.
ESTÁ LOCO PARA LOS DEMÁS
Y LA DESGRACIA SE TRANSFORMA
EN LA VICTORIA DEL AMOR.
Y EN LA VIDA SIEMPRE HAY DOS CAMINOS,
Y NO EXISTE LA VICTORIA SIN DOLOR.
AUNQUE ES CIERTO QUE ES VENCEDOR
AQUEL QUE ENTREGA SU VIDA,
AQUEL QUE MUERE POR AMOR. (2)El 14 de agosto de 1941, extenuado por la sed y el hambre, culmina Maximiliano la ofrenda de su vida a Dios y a sus hermanos, un hijo de San Francisco que escribe con su sangre la oración de su maestro: "donde haya odio ponga amor, donde haya discordia perdón, donde haya guerra ponga yo tu paz".
En la noche termina el recuerdo,
cuando el odio el silencio rompió.
Las miradas sin rostro se cruzan,
alguien escapó, ¿para qué sufrir?
La violencia en las voces va hiriendo,
a patadas forma el pelotón,
diez por uno será la manera
de no hacerlo más. Señor, ¿por qué?
SI EL ORGULLO
HA IMPLANTADO SU INFIERNO
Y SI EL HOMBRE ES PEOR QUE UN ANIMAL,
AQUÍ ESTOY PARA SUFRIR
Y QUE CONOZCA ESTA MISERIA
TODA LA LUZ DE TI, MI DIOS.
Gritos, perros, temblor y fusiles,
tras el diez un gemido se ahogó:
¿Qué será de esos hijos que quedan
sin saber quién soy? Señor, ¿por qué?
Paso al frente, mirada serena,
en silencio se admira el amor.
Dos sencillas palabras bastaron,
nada más quedó para darle a Dios.
A AQUELLOS QUE MATAN EL CUERPO,
NO TEMÁIS, YO ME CAMBIO,
YO QUIERO MORIR POR ÉL.
ESTÁ LOCO PARA LOS DEMÁS
Y LA DESGRACIA SE TRANSFORMA
EN LA VICTORIA DEL AMOR.
Y EN LA VIDA SIEMPRE HAY DOS CAMINOS,
Y NO EXISTE LA VICTORIA SIN DOLOR.
AUNQUE ES CIERTO QUE ES VENCEDOR
AQUEL QUE ENTREGA SU VIDA,
AQUEL QUE MUERE POR AMOR. (2)El 14 de agosto de 1941, extenuado por la sed y el hambre, culmina Maximiliano la ofrenda de su vida a Dios y a sus hermanos, un hijo de San Francisco que escribe con su sangre la oración de su maestro: "donde haya odio ponga amor, donde haya discordia perdón, donde haya guerra ponga yo tu paz".
En la noche termina el recuerdo,
cuando el odio el silencio rompió.
Las miradas sin rostro se cruzan,
alguien escapó, ¿para qué sufrir?
La violencia en las voces va hiriendo,
a patadas forma el pelotón,
diez por uno será la manera
de no hacerlo más. Señor, ¿por qué?
SI EL ORGULLO
HA IMPLANTADO SU INFIERNO
Y SI EL HOMBRE ES PEOR QUE UN ANIMAL,
AQUÍ ESTOY PARA SUFRIR
Y QUE CONOZCA ESTA MISERIA
TODA LA LUZ DE TI, MI DIOS.
Gritos, perros, temblor y fusiles,
tras el diez un gemido se ahogó:
¿Qué será de esos hijos que quedan
sin saber quién soy? Señor, ¿por qué?
Paso al frente, mirada serena,
en silencio se admira el amor.
Dos sencillas palabras bastaron,
nada más quedó para darle a Dios.
A AQUELLOS QUE MATAN EL CUERPO,
NO TEMÁIS, YO ME CAMBIO,
YO QUIERO MORIR POR ÉL.
ESTÁ LOCO PARA LOS DEMÁS
Y LA DESGRACIA SE TRANSFORMA
EN LA VICTORIA DEL AMOR.
Y EN LA VIDA SIEMPRE HAY DOS CAMINOS,
Y NO EXISTE LA VICTORIA SIN DOLOR.
AUNQUE ES CIERTO QUE ES VENCEDOR
AQUEL QUE ENTREGA SU VIDA,
AQUEL QUE MUERE POR AMOR. (2)El 14 de agosto de 1941, extenuado por la sed y el hambre, culmina Maximiliano la ofrenda de su vida a Dios y a sus hermanos, un hijo de San Francisco que escribe con su sangre la oración de su maestro: "donde haya odio ponga amor, donde haya discordia perdón, donde haya guerra ponga yo tu paz".
En la noche termina el recuerdo,
cuando el odio el silencio rompió.
Las miradas sin rostro se cruzan,
alguien escapó, ¿para qué sufrir?
La violencia en las voces va hiriendo,
a patadas forma el pelotón,
diez por uno será la manera
de no hacerlo más. Señor, ¿por qué?
SI EL ORGULLO
HA IMPLANTADO SU INFIERNO
Y SI EL HOMBRE ES PEOR QUE UN ANIMAL,
AQUÍ ESTOY PARA SUFRIR
Y QUE CONOZCA ESTA MISERIA
TODA LA LUZ DE TI, MI DIOS.
Gritos, perros, temblor y fusiles,
tras el diez un gemido se ahogó:
¿Qué será de esos hijos que quedan
sin saber quién soy? Señor, ¿por qué?
Paso al frente, mirada serena,
en silencio se admira el amor.
Dos sencillas palabras bastaron,
nada más quedó para darle a Dios.
A AQUELLOS QUE MATAN EL CUERPO,
NO TEMÁIS, YO ME CAMBIO,
YO QUIERO MORIR POR ÉL.
ESTÁ LOCO PARA LOS DEMÁS
Y LA DESGRACIA SE TRANSFORMA
EN LA VICTORIA DEL AMOR.
Y EN LA VIDA SIEMPRE HAY DOS CAMINOS,
Y NO EXISTE LA VICTORIA SIN DOLOR.
AUNQUE ES CIERTO QUE ES VENCEDOR
AQUEL QUE ENTREGA SU VIDA,
AQUEL QUE MUERE POR AMOR. (2)