Don Bosco supo compaginar perfectamente la exigencia del sacrificio que conlleva el cumplimiento del propio deber, con una sana alegría. Aunque hizo algunos milagros, el mayor de todos fue el de convertir las espinas del camino de su vida, en rosas. En esto fue un auténtico mago. Y así se lo enseñó a sus seguidores. Él lo había aprendido en un sueño que tuvo en el año 1847, cuando estaba preocupado sobre cómo hacer el bien a la juventud. Se vio caminando por un camino lleno de rosas. Muchos le seguían. Pero pronto, bajo las rosas aparecieron las espinas. Algunos de sus seguidores, sintiéndose engañados, comenzaron a abandonarle. La Virgen le indica que se ponga los zapatos de la mortificación para poder seguir caminando. Sólo algunos le imitan y llegan a la meta. Fueron los primeros salesianos.
Toma un deseo y conviértelo en paloma,
toma un sombrero y conviértelo en guirnalda,
toma una espina y haz que cambie en rosa,
toma tu mano y conviértela en guitarra.
Toma una lágrima y conviértela en sonrisa,
toma la luna y haz dos soles en tu cara,
toma la vida, que sea siempre fiesta,
toma tus brazos, serán alas de plata.
ELLOS: Es un diluvio de rosas,
con Juan todo es una fiesta, oh, oh,
la fiesta ya ha comenzado,
todos estáis invitados.
Toma un deseo...
Mas hay muchas espinas,
tengo los pies destrozados,
será otro juego de manos.
¡Adiós! Nos han engañado.
D.B: Nadie conmigo camina,
porque hay tantas espinas.
ELLA: "Si el grano de trigo muere
brotará la espiga".
Tras la noche negra
es más claro el sol que brilla.
Sin equipaje se va más deprisa.
La fragante rosa crece con espinas.
"El yugo es suave y la carga ligera.
Si oyes su voz es por dentro brisa fresca.
Lo vendes todo si hallas una perla,
ciento por uno un tesoro y vida nueva".
Toma una lágrima...
Toma un deseo...
CORO: Es un diluvio de rosas...
Don Bosco supo compaginar perfectamente la exigencia del sacrificio que conlleva el cumplimiento del propio deber, con una sana alegría. Aunque hizo algunos milagros, el mayor de todos fue el de convertir las espinas del camino de su vida, en rosas. En esto fue un auténtico mago. Y así se lo enseñó a sus seguidores. Él lo había aprendido en un sueño que tuvo en el año 1847, cuando estaba preocupado sobre cómo hacer el bien a la juventud. Se vio caminando por un camino lleno de rosas. Muchos le seguían. Pero pronto, bajo las rosas aparecieron las espinas. Algunos de sus seguidores, sintiéndose engañados, comenzaron a abandonarle. La Virgen le indica que se ponga los zapatos de la mortificación para poder seguir caminando. Sólo algunos le imitan y llegan a la meta. Fueron los primeros salesianos.
Toma un deseo y conviértelo en paloma,
toma un sombrero y conviértelo en guirnalda,
toma una espina y haz que cambie en rosa,
toma tu mano y conviértela en guitarra.
Toma una lágrima y conviértela en sonrisa,
toma la luna y haz dos soles en tu cara,
toma la vida, que sea siempre fiesta,
toma tus brazos, serán alas de plata.
ELLOS: Es un diluvio de rosas,
con Juan todo es una fiesta, oh, oh,
la fiesta ya ha comenzado,
todos estáis invitados.
Toma un deseo...
Mas hay muchas espinas,
tengo los pies destrozados,
será otro juego de manos.
¡Adiós! Nos han engañado.
D.B: Nadie conmigo camina,
porque hay tantas espinas.
ELLA: "Si el grano de trigo muere
brotará la espiga".
Tras la noche negra
es más claro el sol que brilla.
Sin equipaje se va más deprisa.
La fragante rosa crece con espinas.
"El yugo es suave y la carga ligera.
Si oyes su voz es por dentro brisa fresca.
Lo vendes todo si hallas una perla,
ciento por uno un tesoro y vida nueva".
Toma una lágrima...
Toma un deseo...
CORO: Es un diluvio de rosas...
Don Bosco supo compaginar perfectamente la exigencia del sacrificio que conlleva el cumplimiento del propio deber, con una sana alegría. Aunque hizo algunos milagros, el mayor de todos fue el de convertir las espinas del camino de su vida, en rosas. En esto fue un auténtico mago. Y así se lo enseñó a sus seguidores. Él lo había aprendido en un sueño que tuvo en el año 1847, cuando estaba preocupado sobre cómo hacer el bien a la juventud. Se vio caminando por un camino lleno de rosas. Muchos le seguían. Pero pronto, bajo las rosas aparecieron las espinas. Algunos de sus seguidores, sintiéndose engañados, comenzaron a abandonarle. La Virgen le indica que se ponga los zapatos de la mortificación para poder seguir caminando. Sólo algunos le imitan y llegan a la meta. Fueron los primeros salesianos.
Toma un deseo y conviértelo en paloma,
toma un sombrero y conviértelo en guirnalda,
toma una espina y haz que cambie en rosa,
toma tu mano y conviértela en guitarra.
Toma una lágrima y conviértela en sonrisa,
toma la luna y haz dos soles en tu cara,
toma la vida, que sea siempre fiesta,
toma tus brazos, serán alas de plata.
ELLOS: Es un diluvio de rosas,
con Juan todo es una fiesta, oh, oh,
la fiesta ya ha comenzado,
todos estáis invitados.
Toma un deseo...
Mas hay muchas espinas,
tengo los pies destrozados,
será otro juego de manos.
¡Adiós! Nos han engañado.
D.B: Nadie conmigo camina,
porque hay tantas espinas.
ELLA: "Si el grano de trigo muere
brotará la espiga".
Tras la noche negra
es más claro el sol que brilla.
Sin equipaje se va más deprisa.
La fragante rosa crece con espinas.
"El yugo es suave y la carga ligera.
Si oyes su voz es por dentro brisa fresca.
Lo vendes todo si hallas una perla,
ciento por uno un tesoro y vida nueva".
Toma una lágrima...
Toma un deseo...
CORO: Es un diluvio de rosas...
Don Bosco supo compaginar perfectamente la exigencia del sacrificio que conlleva el cumplimiento del propio deber, con una sana alegría. Aunque hizo algunos milagros, el mayor de todos fue el de convertir las espinas del camino de su vida, en rosas. En esto fue un auténtico mago. Y así se lo enseñó a sus seguidores. Él lo había aprendido en un sueño que tuvo en el año 1847, cuando estaba preocupado sobre cómo hacer el bien a la juventud. Se vio caminando por un camino lleno de rosas. Muchos le seguían. Pero pronto, bajo las rosas aparecieron las espinas. Algunos de sus seguidores, sintiéndose engañados, comenzaron a abandonarle. La Virgen le indica que se ponga los zapatos de la mortificación para poder seguir caminando. Sólo algunos le imitan y llegan a la meta. Fueron los primeros salesianos.
Toma un deseo y conviértelo en paloma,
toma un sombrero y conviértelo en guirnalda,
toma una espina y haz que cambie en rosa,
toma tu mano y conviértela en guitarra.
Toma una lágrima y conviértela en sonrisa,
toma la luna y haz dos soles en tu cara,
toma la vida, que sea siempre fiesta,
toma tus brazos, serán alas de plata.
ELLOS: Es un diluvio de rosas,
con Juan todo es una fiesta, oh, oh,
la fiesta ya ha comenzado,
todos estáis invitados.
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Mas hay muchas espinas,
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¡Adiós! Nos han engañado.
D.B: Nadie conmigo camina,
porque hay tantas espinas.
ELLA: "Si el grano de trigo muere
brotará la espiga".
Tras la noche negra
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Sin equipaje se va más deprisa.
La fragante rosa crece con espinas.
"El yugo es suave y la carga ligera.
Si oyes su voz es por dentro brisa fresca.
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ciento por uno un tesoro y vida nueva".
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toma una espina y haz que cambie en rosa,
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Don Bosco supo compaginar perfectamente la exigencia del sacrificio que conlleva el cumplimiento del propio deber, con una sana alegría. Aunque hizo algunos milagros, el mayor de todos fue el de convertir las espinas del camino de su vida, en rosas. En esto fue un auténtico mago. Y así se lo enseñó a sus seguidores. Él lo había aprendido en un sueño que tuvo en el año 1847, cuando estaba preocupado sobre cómo hacer el bien a la juventud. Se vio caminando por un camino lleno de rosas. Muchos le seguían. Pero pronto, bajo las rosas aparecieron las espinas. Algunos de sus seguidores, sintiéndose engañados, comenzaron a abandonarle. La Virgen le indica que se ponga los zapatos de la mortificación para poder seguir caminando. Sólo algunos le imitan y llegan a la meta. Fueron los primeros salesianos.
Toma un deseo y conviértelo en paloma,
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Toma una lágrima y conviértela en sonrisa,
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La fragante rosa crece con espinas.
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Don Bosco supo compaginar perfectamente la exigencia del sacrificio que conlleva el cumplimiento del propio deber, con una sana alegría. Aunque hizo algunos milagros, el mayor de todos fue el de convertir las espinas del camino de su vida, en rosas. En esto fue un auténtico mago. Y así se lo enseñó a sus seguidores. Él lo había aprendido en un sueño que tuvo en el año 1847, cuando estaba preocupado sobre cómo hacer el bien a la juventud. Se vio caminando por un camino lleno de rosas. Muchos le seguían. Pero pronto, bajo las rosas aparecieron las espinas. Algunos de sus seguidores, sintiéndose engañados, comenzaron a abandonarle. La Virgen le indica que se ponga los zapatos de la mortificación para poder seguir caminando. Sólo algunos le imitan y llegan a la meta. Fueron los primeros salesianos.
Toma un deseo y conviértelo en paloma,
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toma una espina y haz que cambie en rosa,
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Toma una lágrima y conviértela en sonrisa,
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La fragante rosa crece con espinas.
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Toma una lágrima y conviértela en sonrisa,
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¡Adiós! Nos han engañado.
D.B: Nadie conmigo camina,
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ELLA: "Si el grano de trigo muere
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Tras la noche negra
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Sin equipaje se va más deprisa.
La fragante rosa crece con espinas.
"El yugo es suave y la carga ligera.
Si oyes su voz es por dentro brisa fresca.
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Toma una lágrima...
Toma un deseo...
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Toma un deseo y conviértelo en paloma,
toma un sombrero y conviértelo en guirnalda,
toma una espina y haz que cambie en rosa,
toma tu mano y conviértela en guitarra.
Toma una lágrima y conviértela en sonrisa,
toma la luna y haz dos soles en tu cara,
toma la vida, que sea siempre fiesta,
toma tus brazos, serán alas de plata.
ELLOS: Es un diluvio de rosas,
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