La noche del 22 de septiembre de 1998, pocos días antes de la llamada de Juan Pablo II en favor de la amnistía para todos los emigrantes del mundo, la Guardia Urbana descubre una red de doscientos niños ilegales durmiendo en solares abandonados alrededor de la plaza de Les Glòries de Barcelona. Durante el día estos niños son explotados de diversas maneras por las calles de la ciudad. Éste es nuestro pequeño testimonio de una gran tragedia que tiene unos rostros y unos nombres tan concretos como el de Yashid, un huérfano de Tánger que murió pocos días después, mientras se decidía quién había de hacerse cargo de los pequeños.
Dos manos, que nunca jugarán,
refugio de un rostro que ha aprendido a no saber,
caricias de quien soñó en su cama de cartón
el milagro de poder romper
la fuerza de los golpes,
abriendo, con sus manos, una rendija de amor
que el odio romper no pueda.
GOLPES DE VOCES
CORTAN UNA NOCHE MÁGICA,
ABRE SUS OJOS ENTRE GESTOS CIEGOS
QUE DESTELLAN MIEDO DE SOSPECHA
SOBRE EL ECO DE SIRENAS.
EL MUCHACHO CAE EN CUENTA
QUE EL DRAMA CAMBIA DE ESCENA.
YASHID, YA DESPER TÓ.
Noticias que un día hacen llorar,
se esfuman junto con el latir del corazón.
Palabras que en el vacío quieren resolver
la tragedia de quien siempre estuvo
fuera de esta tierra,
nacido sin historia, sin un hogar donde amar
fuese algo más que promesa.
Tinieblas, envuelven a Yashid;
consumen los restos donde se apaga su voz.
Excusas, de quien no tuvo tiempo de escuchar,
la llamada de encontrarse
en el borde del camino,
dos ojos que reflejan la mirada de ese Dios,
que se encarnó en su pobreza.
GOLPES DE VOCES
CORTAN UNA NOCHE MÁGICA,
ABRE SUS OJOS ENTRE GESTOS CIEGOS
QUE DESTELLAN MIEDO DE SOSPECHA
SOBRE EL ECO DE SIRENAS.
EL MUCHACHO CAE EN CUENTA
QUE DIOS CUMPLE SU PROMESA.
NUNCA DESPERTARÁ.La noche del 22 de septiembre de 1998, pocos días antes de la llamada de Juan Pablo II en favor de la amnistía para todos los emigrantes del mundo, la Guardia Urbana descubre una red de doscientos niños ilegales durmiendo en solares abandonados alrededor de la plaza de Les Glòries de Barcelona. Durante el día estos niños son explotados de diversas maneras por las calles de la ciudad. Éste es nuestro pequeño testimonio de una gran tragedia que tiene unos rostros y unos nombres tan concretos como el de Yashid, un huérfano de Tánger que murió pocos días después, mientras se decidía quién había de hacerse cargo de los pequeños.
Dos manos, que nunca jugarán,
refugio de un rostro que ha aprendido a no saber,
caricias de quien soñó en su cama de cartón
el milagro de poder romper
la fuerza de los golpes,
abriendo, con sus manos, una rendija de amor
que el odio romper no pueda.
GOLPES DE VOCES
CORTAN UNA NOCHE MÁGICA,
ABRE SUS OJOS ENTRE GESTOS CIEGOS
QUE DESTELLAN MIEDO DE SOSPECHA
SOBRE EL ECO DE SIRENAS.
EL MUCHACHO CAE EN CUENTA
QUE EL DRAMA CAMBIA DE ESCENA.
YASHID, YA DESPER TÓ.
Noticias que un día hacen llorar,
se esfuman junto con el latir del corazón.
Palabras que en el vacío quieren resolver
la tragedia de quien siempre estuvo
fuera de esta tierra,
nacido sin historia, sin un hogar donde amar
fuese algo más que promesa.
Tinieblas, envuelven a Yashid;
consumen los restos donde se apaga su voz.
Excusas, de quien no tuvo tiempo de escuchar,
la llamada de encontrarse
en el borde del camino,
dos ojos que reflejan la mirada de ese Dios,
que se encarnó en su pobreza.
GOLPES DE VOCES
CORTAN UNA NOCHE MÁGICA,
ABRE SUS OJOS ENTRE GESTOS CIEGOS
QUE DESTELLAN MIEDO DE SOSPECHA
SOBRE EL ECO DE SIRENAS.
EL MUCHACHO CAE EN CUENTA
QUE DIOS CUMPLE SU PROMESA.
NUNCA DESPERTARÁ.La noche del 22 de septiembre de 1998, pocos días antes de la llamada de Juan Pablo II en favor de la amnistía para todos los emigrantes del mundo, la Guardia Urbana descubre una red de doscientos niños ilegales durmiendo en solares abandonados alrededor de la plaza de Les Glòries de Barcelona. Durante el día estos niños son explotados de diversas maneras por las calles de la ciudad. Éste es nuestro pequeño testimonio de una gran tragedia que tiene unos rostros y unos nombres tan concretos como el de Yashid, un huérfano de Tánger que murió pocos días después, mientras se decidía quién había de hacerse cargo de los pequeños.
Dos manos, que nunca jugarán,
refugio de un rostro que ha aprendido a no saber,
caricias de quien soñó en su cama de cartón
el milagro de poder romper
la fuerza de los golpes,
abriendo, con sus manos, una rendija de amor
que el odio romper no pueda.
GOLPES DE VOCES
CORTAN UNA NOCHE MÁGICA,
ABRE SUS OJOS ENTRE GESTOS CIEGOS
QUE DESTELLAN MIEDO DE SOSPECHA
SOBRE EL ECO DE SIRENAS.
EL MUCHACHO CAE EN CUENTA
QUE EL DRAMA CAMBIA DE ESCENA.
YASHID, YA DESPER TÓ.
Noticias que un día hacen llorar,
se esfuman junto con el latir del corazón.
Palabras que en el vacío quieren resolver
la tragedia de quien siempre estuvo
fuera de esta tierra,
nacido sin historia, sin un hogar donde amar
fuese algo más que promesa.
Tinieblas, envuelven a Yashid;
consumen los restos donde se apaga su voz.
Excusas, de quien no tuvo tiempo de escuchar,
la llamada de encontrarse
en el borde del camino,
dos ojos que reflejan la mirada de ese Dios,
que se encarnó en su pobreza.
GOLPES DE VOCES
CORTAN UNA NOCHE MÁGICA,
ABRE SUS OJOS ENTRE GESTOS CIEGOS
QUE DESTELLAN MIEDO DE SOSPECHA
SOBRE EL ECO DE SIRENAS.
EL MUCHACHO CAE EN CUENTA
QUE DIOS CUMPLE SU PROMESA.
NUNCA DESPERTARÁ.La noche del 22 de septiembre de 1998, pocos días antes de la llamada de Juan Pablo II en favor de la amnistía para todos los emigrantes del mundo, la Guardia Urbana descubre una red de doscientos niños ilegales durmiendo en solares abandonados alrededor de la plaza de Les Glòries de Barcelona. Durante el día estos niños son explotados de diversas maneras por las calles de la ciudad. Éste es nuestro pequeño testimonio de una gran tragedia que tiene unos rostros y unos nombres tan concretos como el de Yashid, un huérfano de Tánger que murió pocos días después, mientras se decidía quién había de hacerse cargo de los pequeños.
Dos manos, que nunca jugarán,
refugio de un rostro que ha aprendido a no saber,
caricias de quien soñó en su cama de cartón
el milagro de poder romper
la fuerza de los golpes,
abriendo, con sus manos, una rendija de amor
que el odio romper no pueda.
GOLPES DE VOCES
CORTAN UNA NOCHE MÁGICA,
ABRE SUS OJOS ENTRE GESTOS CIEGOS
QUE DESTELLAN MIEDO DE SOSPECHA
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EL MUCHACHO CAE EN CUENTA
QUE EL DRAMA CAMBIA DE ESCENA.
YASHID, YA DESPER TÓ.
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la tragedia de quien siempre estuvo
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QUE DIOS CUMPLE SU PROMESA.
NUNCA DESPERTARÁ.La noche del 22 de septiembre de 1998, pocos días antes de la llamada de Juan Pablo II en favor de la amnistía para todos los emigrantes del mundo, la Guardia Urbana descubre una red de doscientos niños ilegales durmiendo en solares abandonados alrededor de la plaza de Les Glòries de Barcelona. Durante el día estos niños son explotados de diversas maneras por las calles de la ciudad. Éste es nuestro pequeño testimonio de una gran tragedia que tiene unos rostros y unos nombres tan concretos como el de Yashid, un huérfano de Tánger que murió pocos días después, mientras se decidía quién había de hacerse cargo de los pequeños.
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EL MUCHACHO CAE EN CUENTA
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NUNCA DESPERTARÁ.La noche del 22 de septiembre de 1998, pocos días antes de la llamada de Juan Pablo II en favor de la amnistía para todos los emigrantes del mundo, la Guardia Urbana descubre una red de doscientos niños ilegales durmiendo en solares abandonados alrededor de la plaza de Les Glòries de Barcelona. Durante el día estos niños son explotados de diversas maneras por las calles de la ciudad. Éste es nuestro pequeño testimonio de una gran tragedia que tiene unos rostros y unos nombres tan concretos como el de Yashid, un huérfano de Tánger que murió pocos días después, mientras se decidía quién había de hacerse cargo de los pequeños.
Dos manos, que nunca jugarán,
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el milagro de poder romper
la fuerza de los golpes,
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EL MUCHACHO CAE EN CUENTA
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Dos manos, que nunca jugarán,
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YASHID, YA DESPER TÓ.
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Tinieblas, envuelven a Yashid;
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que se encarnó en su pobreza.
GOLPES DE VOCES
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Dos manos, que nunca jugarán,
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